jueves, 22 de octubre de 2015

El propósito. Es más que la LMA y tiene mucho de memorias.Editada el 22 de Octubre de 2015


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El derecho uniforme


Estas memorias las he llamado “Mi vida con la ley LMA”.  Por varias razones escogí ese tema. Una de ellas fue que en julio de 2013 se cumplieron veinte años de la entrada en vigor de la reforma al Código de Comercio (“Cco”), que incorporó al derecho mexicano la Ley modelo de la CNUDMI sobre el arbitraje comercial internacional  ("LMA”).

Para mí son más de veinte años de que, en unión de otros convencidos de la importancia del derecho uniforme del comercio, hemos luchado por la incorporación de la LMA en México sin que el texto, su interpretación y aplicación,  se desvíe del acuerdo internacional que la creó

Pero también son más de veinte años de contribución a la creación y difusión de la cultura del derecho uniforme. Lo que comprende la colaboración en su creación, comentario, interpretación y aplicación.  Haciendo énfasis en la importancia de la jurisprudencia internacional, ¿de qué sirve un texto uniforme si cada jurisdicción lo interpreta a su manera?

Pero no solo la LMA 


Lo cierto es que este blog no se puede limitar a la LMA.   El tema es mucho más complejo.  Mi vida ha sido muy afortunada.  Tuve la suerte de que el 7 de enero de 1985 me subí a una ola que ya venía con fuerza: la del derecho uniforme del comercio internacional.  Entonces muchos nos veían como soñadores, teóricos de un movimiento académico, ¿cómo podíamos gastar nuestro tiempo discutiendo esa quimera del derecho universal uniforme? Con la globalización todo cambió y los soñadores nos convertimos en personas con sentido común, que ofrecían al mundo soluciones prácticas.

Franklin y la vanidad


Estas memorias y comentarios defraudarían su propósito si incurriera, hipócritamente, en la falsa modestia de omitir anécdotas e ideas divertidas, ilustrativas o importantes.  Al hacer,  esto me guía el ejemplo de Benjamin Franklin, quien en su autobiografía* advierte que hablará de sí mismo y de sus acciones pasadas, pero tratando de no aburrir a su audiencia.  Franklin también disculpó su vanidad para no incurrir en la costumbre tan común de afirmar que “sin ninguna vanidad puedo decir”, seguida inmediatamente de algún comentario vanidoso.  La vanidad, después de todo, suele ser productiva y no es absurdo darle gracias a Dios por ella.  A lo que agrego que hay una vanidad buena y una vanidad mala.  La vanidad buena se apega a la integridad y a la verdad; la mala se conoce como bluff y es hipocresía.

Resumen de experiencia


Comienzo por referir algunas de mis actividades para acreditar mis credenciales para comentar sobre los temas del blog.

Mi vida profesional ha transcurrido litigando ante los tribunales mexicanos y ante los tribunales arbitrales nacionales e internacionales, actuando como árbitro, abogado, consejero emitiendo opiniones y como testigo experto en derecho mexicano.  También como profesor e investigador, dando clases, escribiendo artículos y comentarios.  Nunca un libro, ya que tengo mis reservas sobre ello.

En el aspecto legislativo he colaborado con el gobierno de México, entre otros, en la redacción de las modificaciones a la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos a fines de la década 1980-1990 y en la redacción de la Ley de Concursos Mercantiles ("LCM"), de la cual me tocó escribir el primer anteproyecto.  En esa materia participé activamente en la UNCITRAL, representando a México, en la negociación de la Ley Modelo de la CNUDMI sobre la Insolvencia Transfronteriza, cuyo texto se incorporó a la LCM.

En materia de arbitraje, redacté el proyecto de incorporación de la LMA al Código de Comercio (Cco), que fue la base de la reforma de 1993.  Posteriormente, redacté el proyecto de reformas de 2011 al Cco, que ahora es el capítulo sobre sobre la intervención judicial en la transacción comercial y el arbitraje (Capítulo X del Título Cuarto del Libro Quinto del Cco).

UNCITRAL


En la UNCITRAL presidí los trabajos preparatorios en el grupo de trabajo, y la aprobación del texto final en el Comité de la Sala del Pleno, de las reformas de 2006 a la LMA y de la Recomendación relativa a la interpretación del párrafo 2) del artículo II y del párrafo 1) de la Convención sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras ("Convención de Nueva York" o "CNY”).

También participé en la redacción de Las Notas de la CNUDMI sobre la organización del proceso arbitral (1996) y en las recientes modificaciones a las notas.

En materia de conciliación o mediación, presidí los trabajos preparatorios y la aprobación en la Comisión en el grupo de trabajo y la aprobación en el Comité de la Sala del Pleno, de la Ley Modelo de la CNUDMI sobre Conciliación Comercial Internacional. 

Participé en la elaboración y fui presidente del grupo de trabajo especial de la Asamblea General, que convino el acuerdo final para la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre Letras de Cambio Internacionales y Pagarés Internacionales.

Fui Presidente de la Conferencia Diplomática que adoptó el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Responsabilidad de los Empresarios de Terminales de Transporte en el Comercio Internacional.

Presidí fue la elaboración en el grupo de trabajo y su aprobación en el Pleno, de la Ley Modelo de la CNUDMI sobre Transferencias Internacionales de Crédito (transferencias electrónicas de fondos).

Fui Presidente de la UNCITRAL en 1992, en el pleno de ese año se adoptó la ley sobre transferencias electrónicas, y se aprobó la Guía Jurídica de la CNUDMI sobre Operaciones de Comercio Compensatorio .  En ese periodo, y en celebración del vigésimo quinto aniversario de la UNCITRAL, presidí el congreso que se celebró en la sala de la Asamblea General, "Hacia un Derecho Mercantil Uniforme para el Siglo XXI.

Fui Presidente del grupo de trabajo que elaboró el proyecto de Ley Modelo sobre Comercio Electrónico.

Participé en la elaboración de la Ley Modelo de la CNUDMI sobre las firmas electrónicas y presidí su aprobación en el Comité de la Sala del Pleno.

UNCC 

Fui comisario (commissioner) en la Comisión de Compensaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (United Nations, Security Council Compenssation Comission o UNCC).  La UNCC resolvió las reclamaciones de los afectados en contra de Iraq, por los daños y perjuicios directos, causados a gobiernos extranjeros, nacionales y otras entidades como resultado de la ilegal invasión y ocupación de Kuwait y la subsecuente Guerra del Golfo de 1999.

En el panel E2, cuya materia fueron las reclamaciones de empresas comerciales y otras entidades, junto con Bernard Audit y David Caron, recibimos la encomienda de establecer jurisprudencia, a la luz de la resolución 687 del Consejo de Seguridad y del derecho internacional, entre otros, sobre los conceptos de "debts arising out of [the invassion and ocupation and the Gulf War]", "directness", "credible treats" and "valuation of damages" (deudas resultantes de la invasión y ocupación y la Guerra del Golfo, daño directo, amenazas creíbles y valuación de daños).

Otras instituciones 

También fui miembro del Consejo y del Comité Ejecutivo de la American Arbitration Association (fui el tercer extranjero, en la historia de la AAA, de pertenecer al Comité, antes habían sido Marc Lalonde de Canadá y John Beechey del Reino Unido), de la Corte de la London Court of International Arbitration (LCIA), Vicepresidente y miembro del Comité Ejecutivo del Institute for Transnational Arbitration (ITA) y Director de la Comisión de Mediación y Arbitraje de la CANACO.

La familia


Sin embargo, y aunque suene a broma, mi atención prioritaria siempre estuvo en mi familia, siempre antes que mi vida profesional.  Mi vida familiar también ha sido muy peculiar. Era relativamente joven cuando me quedé viudo, perdí a Susana pero me quedé con cinco hijos.  Luego me casé con Laura, que tenía tres.  Las dos, Susana y Laura, hermosas y amorosas, han sido la fuente de mi felicidad, sin ellas no sería quien soy, sino un producto bastante defectuoso.   Laura en la jornada más larga.  Los hijos, como leí en alguna parte, son los huesos en donde los padres roemos, afilamos y pulimos nuestros dientes; me han proporcionado grandes experiencias y enseñanzas. También me han hecho muy feliz.

Un anecdotario


Todo lo anterior, y muchas otras actividades, en una vida de viajes, reuniones, experiencias y anécdotas sin fin.  Mucho de lo que ocurrió en esas andanzas, solo quedó registrado en la memoria de quienes lo vivimos, pero no en minutas de los trabajos preparatorios, ni en los debates en los tribunales y juntas de otras organizaciones.

Algunas almas caritativas y con buenas intenciones, me han pedido o sugerido que escriba un libro. Lo que me llama la atención es que, en lugar de un libro académico o un tratado o manual de derecho, prevalecen los que me sugieren que escriba sobre mis aventuras jurídicas. 

Mucha de mi resistencia a escribir un libro parte de un comentario, según recuerdo de José Ortega y Gasset, en el sentido de que en esta época que ha facilitado tanto la producción de libros, se debía tener la caridad de no escribir libros inútiles.  Lo hizo hace más de cien años, ¿que diría ahora? 

Pero algo me hace sospechar que la causa pudiera ser, también, mi desorden habitual.

Un blog con anécdotas, información y consideraciones, puede ser una buena opción.  Veremos.

*Si quieren leer un libro extraordinario, muy formativo tanto para jóvenes como para jóvenes sin dientes, no dejen de leer la autobiografía de Benjamin Franklin.  La escribió para ilustración de su hijo y ha servido para ilustrar a la humanidad.

 


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martes, 13 de octubre de 2015

El primer día 7 de enero de 1985. Edición del 13 de octubre de 2015. The First Day. January 7, 1985. Edited October 13, 2015.


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Edición del 13 de octubre de 2015.



En la era de la corbata


En la mañana del 7 de enero de 1985, en Nueva York, cuando me vestía para ir a mi primer día en la UNCITRAL*, me excitaba la ilusión de un día especial, pero no imaginaba el cambio que traería a mi vida. 

Era lunes y tenía que estar en las Naciones Unidas a las 10:00, pero no encontré mis corbatas; las olvidamos en México. Preocupado por hacer mi debut descorbatado, salí con prisa; encontré en Grand Central una tienda y, rápidamente, me compré una corbata de a dólar.  Cuando llegué a las Naciones Unidas, el profesor Andy Spanogle, delegado de Estados Unidos, amablemente me saludó con un elogio a mi corbata; la UNCITRAL y Andy siempre están a la moda del derecho comercial, pero no a la del vestido. 

Willen Vis


Ese día conocí a Willem Vis, a quien desde su primera intervención admiré; un Quijote holándes, sabio, políglota, pero no solo de idiomas, sino del derecho.  Serio, seco, pero solo en apariencia ya que tenía un corazón gigante.  Su ilusión, me dijo un día, era ser como los grandes humanistas del renacimiento; lo era.

Fue el presidente del grupo de trabajo y lo hizo espectacularmente.  El mandato del grupo era la elaboración del proyecto que ha requerido mayores esfuerzos de tiempo y negociaciones en la historia de la UNCITRAL: la Convención de las Naciones Unidas sobre las Letras de Cambio Internacionales y los Pagarés Internacionales. 


Willem conocía el proyecto de convención por nota y lo manejaba con virtuosismo.  Dominaba el sistema cambiario de la convención, el de los países del sistema de Ginebra y el del common law.  Hablaba poco y escuchaba a todos; cuando un delegado terminaba su intervención, como si no lo hubiera oído, le daba la palabra al siguiente en la lista.  Solo cuando era necesario para mantener el debate ordenado, hacía algún comentario.  Pero, al terminar, cuando resumía los debates y sugería decisiones, recordaba todas las intervenciones e ideas. Hay que haber asistido a esas reuniones para saber que se trata de poner en orden a Babel.  Yo, simplemente, no concebía cómo lo lograba; tiempo después, entre muchas otras enseñanzas, me dio la fórmula, que en el futuro comentaré.  Dirigía en inglés y francés; luego supe que hablaba 8 idiomas.  Entre ellos no estaba el español, que sin embargo leía.  El suyo, el holandés, no le gustaba. 

Desde ese día Willem se convirtió en uno de mis paradigmas y, al igual que como muchos años antes me ocurrió con Roberto L. Mantilla Molina, mi ilusión era llegar a ser como él; claro está, en la medida de lo posible. Ambos, Roberto y Willem, al igual que Jorge Barrera Graf, me distinguieron, me mostraron gran aprecio y me enseñaron mucho. Ya platicaré de ellos en el futuro; son influencias que marcaron mi vida, fueron regalos que Dios me dio. 

El derecho uniforme y la certidumbre


Ese día, también, tuve mi primer encuentro de carne y hueso con el derecho uniforme del comercio internacional, que solo conocía académicamente. 

En todos los aspectos de la vida, es necesario contar con un orden previamente establecido, conocido, cuyas normas respetamos y cumplimos.  Son las reglas del hogar, de nuestras comunidades, ciudades, estado y país.  Si viajamos o tenemos relaciones con extranjeros y no conocemos un mínimo de las reglas que los rigen, fracasamos.

Dependemos de la seguridad jurídica que proporciona el estado de derecho y actuamos conforme a nuestras costumbres, sin darnos cuenta del grado en que dependemos de la uniformidad. Como individuos y como naciones progresamos en la uniformidad. Por todo ello, sorprenden el absurdo orgullo y la tenacidad con la que algunos dan batallas por el nacionalismo y la vanidad de tener leyes peculiares, ¿cómo se jugaría al fútbol si no tuviéramos el reglamento uniforme de la FIFA? 

Ese día, también, me introduje en el universo de la diversidad de ideas, costumbres, tradiciones jurídicas y la posibilidad de construir sistemas uniformes y armónicos gracias a la flexibilidad y a la negociación. Todos somos ciudadanos del mundo; como seres humanos tenemos diferencias, pero somos iguales.


La gran conclusión es que varían la nomenclatura, los procedimientos, los detalles, lo que los filósofos llaman los "fenómenos", pero la sustancia es la misma en todos los pueblos.

Los legendarios


También ese día comenzó mi trato con grandes personajes en el mundo internacional. Imposible recordar y mencionar a tantospero no quiero olvidar aquí a Eric Bergsten y Gerold HermmannAmbos, como Willem, fueron Secretarios de la UNCITRAL. Me dieron su amistad, consejo y apoyo.  Ellos, en cierto modo diferente a Roberto y Willem, son parte importante de mi vida. 

Ese día comenzó mi vida con la ley modelo de arbitraje de la CNUDMI sobre el arbitraje comercial internacional. 

 Definitivamente, el 7 de enero de 1985, fue un gran día. 

*El nombre en español es CNUDMI, que corresponde a las siglas de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Comercial Internacional.  En inglés es UNCITRAL, que corresponde a United Nations Commission on International Trade Law.  Salvo en documentos oficiales —entre otras muchas razones porque resulta más fácil la pronunciación en español—, se usa universalmente el nombre en inglés: UNCITRAL.  Así me referiré a este organismo en el futuro.   



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